- ¿Qué es el trauma?
- ¿Cómo se adhiere a nuestro cuerpo?
- ¿Qué podemos hacer al respecto?
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En estas tres entradas de blog, compartiré mi comprensión del trauma, su impacto en el cuerpo y las formas en que podemos liberarlo. No soy terapeuta ni mucho menos, pero he hecho mi parte justa de investigación personal y curación con profesionales de todos los estilos, así que mi intención es que estos puntos de vista:
- Ayuden a arrojar luz sobre lo que es el trauma
- Destaquen las profundas formas en que el trauma puede afectarnos
- Nos ayuden a liberarnos de sus garras
En mi primer blog expliqué qué es el trauma y cómo puede producirse.
Ahora, exploraremos cómo y por qué el trauma puede aparecer en nuestros cuerpos e impactar nuestras vidas.
Permanece atento porque en mi blog final de esta serie, voy a hablar de lo que podemos hacer para liberar y sanar del trauma para que no nos quedemos atascados.
Efectos en el cuerpo: cómo queda atrapado el trauma
En mi primer blog sobre el tema, aprendimos los dos tipos generales de trauma, la ’T’ grande y la ’T’ pequeña. Ambos pueden manifestarse de formas muy distintas en cada persona.
Podemos experimentar el impacto emocionalmente, a través de la ansiedad, la depresión o el entumecimiento emocional; mentalmente, como problemas de memoria o dificultad para concentrarse; espiritualmente, como una sensación de desconexión o pérdida de propósito; y físicamente, en forma de dolor crónico, fatiga o problemas digestivos.
Reconocer estos signos es un paso positivo hacia la comprensión y el tratamiento del trauma atrapado en el cuerpo, así que veamos más de cerca por qué puede quedar atrapado el trauma y cuáles son sus posibles efectos físicos.
¿Por qué un trauma puede dejar un impacto duradero en el cuerpo?
Cuando nuestro sistema nervioso se ve abrumado por una experiencia traumática, ya sea algo tan grave como los malos tratos o la constante erosión de la confianza en uno mismo que provocan las microagresiones, el cuerpo retiene ocasionalmente el estrés no resuelto, lo que provoca tensión y malestar. Este trauma almacenado puede manifestarse físicamente, a menudo sin que nos demos cuenta de su conexión con el dolor emocional del pasado.
Entender cómo y por qué el trauma queda atrapado en el cuerpo es clave para encontrar la curación holística.
El Dr. Bessel van der Kolk(1), destacado experto en traumas y autor de “The Body Keeps the Score” (El cuerpo lleva la cuenta), explica que el trauma no es sólo un acontecimiento que tuvo lugar en algún momento del pasado; es también la huella que esa experiencia deja en la mente, el cerebro y el cuerpo.
Nuestros cuerpos y cerebros están diseñados para procesar las experiencias estresantes y recuperarse de ellas.
Este vehículo asombroso que damos por sentado cada día tiene realmente la capacidad de curarse a sí mismo SI le damos el espacio que necesita para procesar la experiencia….pero eso no siempre está disponible en el momento.
PERO cuando un acontecimiento es demasiado abrumador, el proceso natural de recuperación puede verse interrumpido. Esto puede hacer que el trauma se quede atascado en el cuerpo.
El Dr. Peter Levine(2), otra figura destacada en la investigación del trauma y autor de “Waking the Tiger: Healing Trauma” (Despertar al tigre: curar el trauma), subraya que el trauma se almacena en el cuerpo a través de sensaciones y reacciones no procesadas.
Esto significa que la respuesta física al trauma (como la aceleración de los latidos del corazón, la tensión muscular o la sensación de miedo) puede persistir mucho después de que haya pasado la amenaza. Como hemos visto antes, esto engloba el TEPT que muchos soldados sufren como secuela de un trauma ’T’ grande.
He aquí cómo se desarrolla el proceso:
Luchar, Huir, Congelarse o Fawn:
Ante el peligro, nuestro cuerpo reacciona instintivamente para protegernos. Probablemente todos estemos familiarizados con la respuesta “lucha, huye”, en la que nuestro sistema se inunda de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, que nos preparan para enfrentarnos a la amenaza o escapar de ella. Si la situación es demasiado abrumadora y no es posible ni luchar ni huir, el cuerpo puede entrar en un estado de “congelación”, apagándose para protegerse.
Además de estas tres respuestas bien documentadas, los investigadores han identificado una cuarta estrategia adaptativa de supervivencia conocida como respuesta “cervatillo”. Este término describe una estrategia de supervivencia social en la que los individuos dan prioridad a apaciguar y complacer a los demás para mitigar las amenazas y garantizar la seguridad.
Procesamiento incompleto:
Normalmente, cuando nos enfrentamos a estas respuestas, nuestros cuerpos vuelven gradualmente a un estado de calma después de que el peligro haya pasado. Pero en el caso de un trauma, la respuesta de estrés del cuerpo puede quedarse atascada en la posición “activada”. Esto significa que las sensaciones físicas y las respuestas emocionales asociadas al trauma no se procesan completamente y el sistema nervioso puede permanecer en un estado elevado, sin permitir que la emoción suba y salga del cuerpo. Recuerda que la emoción puede considerarse como “e-moción”, es decir, ¡energía en movimiento!
Cuando la energía/emoción no resuelta no puede circular y moverse por el cuerpo (ser procesada por él), puede quedarse literalmente atascada en varias partes del cuerpo y convertirse, como sugieren varios investigadores, en memorias corporales.
Recuerdos corporales:
El cuerpo puede retener recuerdos traumáticos de formas que eluden la mente consciente. Como en el caso del procesamiento incompleto de las emociones que rodean a los traumas, es posible que experimentes sensaciones físicas, como dolor o tensión, que están vinculadas a un trauma pasado aunque no estés pensando conscientemente en ello.
Esto suele manifestarse en zonas de tensión crónica, como el cuello, los hombros o la espalda, o a través de problemas digestivos y dificultad para respirar. Emocionalmente, este trauma atrapado también puede dar lugar a ansiedad o a sentirse “al límite”, ya que el cuerpo permanece en estado de alerta, incapaz de volver completamente a un estado de descanso y seguridad.
Tengo algunos ejemplos personales de cómo descubrí traumas atrapados en mi cuerpo. Compartiré uno de ellos aquí.
Sentí una pequeña punzada en la parte baja de la espalda mientras levantaba algo bastante pesado en el trabajo; parecía relativamente leve, algo de lo que podría recuperarme en unos días. Por desgracia, se convirtió en un dolor lumbar crónico que me atormentó durante más de 6 años. Acudí a quiroprácticos y masajistas, probé la acupuntura y la fisioterapia, todo ello con resultados limitados y efímeros.
Un día, estaba utilizando una pelota de automasaje (ya sabes, esas de goma parecidas a las pelotas de tenis en las que te puedes apoyar para aliviar la tensión) para ahondar en el dolor de la zona lumbar. Mientras rodaba, estaba usando EFT tapping (aprende más sobre eso aquí) para ayudar a despejar el dolor y le preguntaba a mi cuerpo lo que necesitaba liberar. De repente, empecé a sollozar.
No lloraba, sollozaba.
No tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero seguí haciendo tapping y rodando sobre esa bola, encontrando puntos de tensión y permitiendo que mi cuerpo expresara lo que necesitara expresar.
Después de esa sesión de 20-30 minutos de dar a mi cuerpo el espacio que necesitaba para permitir que esas “e-mociones” atrapadas surgieran y se expresaran, mi dolor de espalda había disminuido en un 85%.
En los siguientes 2-3 años continué este proceso y con la ayuda de quiropráctica, masajes, fisioterapia y más EFT, curé el último 15%.
Han pasado 6 años más y rara vez tengo dolor de espalda baja. Si lo tengo, se alivia fácilmente con un poco de estiramiento.
La pieza que me faltaba en los primeros 6 años de intentar resolver mi dolor crónico era el componente “E-MOCIÓN-AL”. Al reconocer, luego sentir las emociones atascadas y permitir que se expresaran, mi cuerpo tuvo suficiente espacio para curarse a sí mismo mucho más fácilmente.
Puede que nunca tengamos ni idea de CUÁL es el trauma que causa nuestros síntomas. No tengo ni idea de lo que estaba liberando ese día, pero sí sé que había grandes sentimientos que habían estado atrapados durante mucho tiempo y con la ayuda de algunos métodos diferentes, le di a mi cuerpo el espacio y el tiempo para expresar y MOVER la emoción atrapada.
Reconocer las respuestas traumáticas que indican que el trauma puede estar atrapado en el cuerpo es crucial para iniciar los procesos de curación. He aquí algunos indicadores y señales clave para explorar:
Síntomas físicos
- Dolor crónico – Dolor físico inexplicable o persistente que no tiene una causa médica clara.
- Tensión y tirantez – Tensión muscular constante, sobre todo en zonas como los hombros, el cuello o la mandíbula.
- Problemas digestivos – Dolores de estómago recurrentes, síndrome del intestino irritable (SII) u otros problemas gastrointestinales.
- Fatiga – Cansancio o agotamiento persistente que no se alivia con el descanso.
Signos emocionales y psicológicos
- Hiperactivación: sentirse constantemente al límite, sobresaltarse con facilidad o experimentar una ansiedad exacerbada sin desencadenantes claros.
- Hipervigilancia: estar excesivamente atento o alerta ante posibles amenazas o peligros.
- Disociación: sentirse desconectado del propio cuerpo o del entorno, experimentar una sensación de irrealidad o desapego.
- Cambios de humor – Cambios rápidos de humor o respuestas emocionales que resultan abrumadoras o impredecibles.
Patrones de conducta
- Evitación – Esfuerzos persistentes por evitar situaciones, lugares o personas que recuerdan la experiencia traumática.
- Dificultad para confiar en los demás – Dificultad para confiar en los demás o entablar relaciones estrechas por miedo a la vulnerabilidad o a la traición.
- Comportamiento autodestructivo – Incurrir en comportamientos que le perjudican a uno mismo, como el abuso de sustancias, autolesiones o actividades de riesgo.
Cambios cognitivos y perceptivos
- Problemas de memoria – Dificultad para recordar detalles de acontecimientos traumáticos o experimentar recuerdos intrusivos.
- Creencias negativas – Mantener creencias negativas sobre nosotros mismos, los demás o el mundo (por ejemplo, «no estoy seguro», «soy indigno»).
- Percepción distorsionada del tiempo – Sentir que los sucesos traumáticos vuelven a ocurrir o que el tiempo está distorsionado.
Dificultades interpersonales
- Conflictos en las relaciones – Experimentar frecuentes conflictos o desafíos en las relaciones, tanto personales como profesionales.
- Aislamiento – Retirarse de las interacciones sociales o sentirse aislado a pesar de estar rodeado de otras personas.
Conciencia sensorial y corporal
- Sensibilidad exacerbada: sentirse fácilmente abrumado por estímulos sensoriales (p. ej., sonidos, luces) que desencadenan recuerdos o emociones asociados al trauma.
- Recuerdos corporales: sensaciones o sentimientos en el cuerpo que parecen desconectados de las experiencias actuales pero que están relacionados con acontecimientos traumáticos pasados.
¡VAYA! Esta no es en absoluto una lista exhaustiva, pero espero que al reconocer estos signos y síntomas, puedas entender cómo el trauma puede tener un impacto bastante grande en nuestras vidas.
Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas, ¡no desesperes! Reconocerlo es el primer paso hacia la curación.
Animo encarecidamente a cualquiera que piense que tiene un trauma sin resolver, especialmente en el nivel de la gran ’T’ o si siente que es demasiado para ocuparse de ello por sí solo, a que busque apoyo de profesionales formados específicamente en la atención informada sobre traumas.
Hay muchos sistemas de apoyo que pueden ayudar a facilitar su viaje hacia la curación, la recuperación y la resiliencia.
En mi último blog sobre este tema, voy a enumerar algunas técnicas, terapias y sistemas de apoyo que me han ayudado personalmente a superar algunos de los traumas con ‘T’ minúscula que vivían en mi cuerpo.
¡Haz clic aquí para el Blog #3!
Recursos de atención informada sobre traumas:
Experiencia Somático México: https://experienciasomaticamexico.com/
EMDR México: https://www.emdrmexico.org/
Asociación Mexicana de Psicoterapia: https://www.psicoedu.org/servicios/terapia/?v=3d26b0b17065
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Referencias
Claire Lindsay
Claire is a certified EFT master practitioner (tapping), a professional actor, adventure seeker, and an entrepreneur. She has been passionately following her own path of spiritual growth and healing since 2010. Claire founded Playful Expansion to encourage participants to break limiting beliefs and step into their own authenticity and power in a safe and fun environment.